Autores: Carlos Baca, Erick Huerta, Luca Belli & Karla Velasco
Durante la última década, numerosas discusiones han destacado el papel esencial de la conectividad a Internet para impulsar cambios fundamentales en el desarrollo económico y social.
Al reducir los costos de acceso a la información y el conocimiento, así como al expandir las capacidades de los individuos para compartir innovación, la conectividad tiene el potencial de empoderar a las personas, mejorar el acceso a los servicios públicos, aumentar la productividad y fomentar una mayor participación cívica. Sin embargo, en muchas partes de las Américas, la penetración de Internet aún está por detrás de la mayoría de los países en desarrollo y, en consecuencia, la alfabetización en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y su adopción, así como las oportunidades para los usuarios son aún bastante limitadas.
Este estudio empieza destacando la situación actual que, por un lado, denota la dificultad de los gobiernos para diseñar e implementar políticas que puedan aprovechar las oportunidades y cosechar los beneficios de la conectividad a Internet y por el otro, expone una incapacidad de los agentes presentes en el mercado para poder ofrecer acceso a Internet asequible a una parte sustancial de la población. La situación varía mucho según los países, los grupos de ingresos y las personas que viven en zonas urbanas o rurales; no obstante, las ofertas disponibles en la mayoría del territorio de América Latina suelen ser demasiado caras en comparación con las recursos disponibles paras los habitantes y la calidad de la conectividad permanece muy limitada. Por estas razones, aproximadamente la mitad de la población todavía no tiene acceso a Internet.[1]
En este contexto, en los últimos años el número de redes comunitarias ha crecido en el continente, ofreciendo una alternativa creíble de “conectividad comunitaria” al modelo tradicional de provisión de acceso a Internet en América Latina.
Sin embargo, el establecimiento y la expansión de las redes comunitarias dependen de innumerables variables que van desde la existencia de organizaciones eficientes y sostenibles a nivel local, la disponibilidad de competencias tecnológicas, la cantidad de recursos disponibles, la existencia de condiciones ambientales amigables, así como las condiciones institucionales y regulatorias que pueden favorecer u obstaculizar la implementación de las redes comunitarias. Aunque el modelo de red comunitaria parece ser relativamente fácil de implementar y operar, se debe tener en cuenta que se sabe poco sobre los modelos existentes y las posibilidades de organizarlos y mantenerlos, así como las condiciones que facilitan su implementación y éxito.
Por esta razón, el objetivo de este estudio no es solamente destacar el potencial de las redes comunitarias en términos de expansión de conectividad y sus externalidades positivas en materia social, cultural y económica; sino también destacar los elementos regulatorios que podrían optimizar su desarrollo así como mostrar las experiencias regulatorias que han permitido eliminar obstáculos para el pleno funcionamiento de las redes comunitarias en América Latina.
Uno de los aspectos de mayor importancia en este estudio, es la utilización de elementos descriptivos durante sus secciones para adoptar una actitud proactiva y ofrecer indicaciones y recomendaciones concretas. Estos elementos buscan clarificar cómo las redes comunitarias podrían ser categorizadas jurídicamente, qué normas debieran considerarse al regular las redes comunitarias y qué políticas debieran adoptarse para promover y fortalecer la expansión de las redes comunitarias en América Latina.
Notas
[1] Comisión de Banda Ancha de la UIT (2017) Connecting the Unconnected: Working together to achieve Connect 2020 Agenda Targets. Disponible en: http://broadbandcommission.org/Documents/ITU_discussion-paper_Davos2017.pdf.